" Una mujer cuyo nombre ignoramos, y que sentimos no

inmortalizar en este diario, reunió a muchas de su sexo, y a su presencia tomó la mano a su hijo, le dio la bendición y dijo: ve a morir con los hombres. Nosotras las mujeres marcharemos adelante, presentemos nuestros pechos al cañon (para que)los hombres que nos siguen y a quienes hemos salvado de la primera descarga, pasen sobre nuestros cadáveres y se apoderen de la artilleria". - Francisco Jose de Caldas.